Las mujeres fueron figuras importantes en la historia escrita por Dios. Aparecen en la narrativa bíblica en diversos contextos, ejerciendo las más diversas funciones y tareas, actuando como instrumentos de Dios. Desde la creación, la caída y la redención, hasta el comienzo del cristianismo, la presencia de las mujeres ha subrayado historias comunes, así como los momentos más importantes de la Biblia.
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1 Ester
2 Ana
3 Abigail
4 Maria
5 Maroa de Betania
6 Sunamita
7 La mujer virtuosa
8 La mujer que lavo los pies de Cristo
8.1 Lecturas interesantes:
Fuerte pero frágil, humilde pero victoriosa, altiva pero fracasada, bella pero virtuosa, esforzada pero delicada. Las mujeres de la Biblia nos enseñan de forma sencilla buenos y malos ejemplos. Como sabemos, la Biblia no aprueba todos los comportamientos de los personajes que describe. Pero no cabe duda de que podemos aprender de todos los ejemplos, sacando buenas lecciones de los personajes femeninos, tanto de sus cualidades como de sus errores.
Ester
Ester dio un importante ejemplo de contrición como intercesora del pueblo judío ante el rey Asuero. Pero antes de eso, buscó y se humilló con el ayuno ante Dios, el Rey de reyes, para bendecir su causa (Ester 4:16).
Ester demostró que vale la pena pagar el precio por la vida, la salvación y la liberación de nuestro pueblo. Reza, ayuna e intercede por tu familia, amigos, vecinos, etc. Busca a Dios para la transformación de la sociedad y para la salvación de todos los que te rodean.
Ana
Ella es ejemplo de oración y entrega a Dios. Ana, afligida por su situación ya que era una mujer estéril y acosada, derramó su corazón ante Dios en oración y llanto (1 Samuel 1:15). Cuando estamos afligidos, ¿Cuál es nuestra actitud? ¿Resentirse, contender, murmurar? Ana nos enseña a buscar a Aquel que puede resolver nuestros problemas.
La oración sigue siendo la mejor manera de acercarse a Dios con confianza, a través de Jesús. Entrégale tu vida y tus problemas. Confía en el Señor aunque las aflicciones y la hostilidad del mundo te hagan sufrir. Recuerda: Dios es todo lo que necesitas y con Él eres más que vencedor.
Abigail
Abigail demostró ser una mujer muy sabia y pacificadora. Cuando sucedió lo de David y Nabal, ella intercedió por su rudo marido que había actuado mal contra David y sus siervos. Además de asumir la culpa por la reprobable actitud de su marido (1 Samuel 25:24), Abigail impidió que David se tomara la venganza por su cuenta, perdonando la vida de su marido y el inminente ataque a su propia familia.
Pide a Dios sabiduría para poder analizar las situaciones y no actuar precipitadamente. Actuar por impulso sólo conduce a malas consecuencias. Sé sabio y da buenos consejos. Toda tu familia y los que te rodean se beneficiarán si actúas siguiendo el consejo de Dios.
Maria
María era una joven que temía al Señor y le obedecía aunque pudiera sufrir duras consecuencias. Casada, pero aún no casada, María aceptó el maravilloso reto de ser la madre, aún virgen, del Cristo prometido. Esto demostró su profunda fe y amor por Dios (Lucas 1:45-48). Ella creyó aceptando el cumplimiento de la voluntad de Dios y tuvo la gracia de cuidar y llevar al Salvador del mundo.
La joven María nos da un hermoso ejemplo de fe, renuncia y amor a Dios. Nadie, ni siquiera nosotros mismos, es más importante que Jesucristo. Por lo tanto, todos tenemos razones para dedicar nuestra vida enteramente a Cristo. Otra lección importante se refiere a la maternidad, aunque es un reto nuevo y maravilloso para todas las mujeres, Dios da fuerza, gracia y sabiduría para ejercerla. Confía (Lucas 1:37), obedece y recibe la ayuda de Dios.
Maroa de Betania
Era una mujer que deseaba aprender más del Señor Jesús. No perdió ninguna oportunidad de escucharle y aprender más sobre el Reino de Dios. A pesar de lo que pensarían, se sentó a los pies de Cristo para escucharle, sin temer lo que dirían, ni siquiera la reprimenda de su hermana Marta. Además de elegir la mejor parte (Lucas 10:42), María también adoró al Señor, derramando sobre Él un precioso perfume (Mateo 26:6). Una vez más contradiciendo a los que pensaban que era un «desperdicio». Pero por este acto, fue «inmortalizada» por Cristo, es decir, siempre será recordada por lo que hizo (Mateo 26:13).
Ella nos enseña a tener una actitud de adoración y a buscar conocer más a Dios. Debemos ser intencionales en esto y dedicar nuestras vidas al amor y al conocimiento de Dios. No te preocupes por lo que piensen los demás, o por si creen que es un «desperdicio de vida». Pasa tiempo a los pies de Jesús. Dedícate, adórale, dando siempre lo mejor de ti, de todo corazón.
Sunamita
Esta mujer de Sunem tenía un corazón hospitalario y se desvivía por servir al que servía al Señor según los versículos de 2 Reyes 4:8-10. Además ella insistió en que el profeta Eliseo comiera en su casa. A partir de entonces, cada vez que pasaba por la región, se le llamaba para que comiera y descansara brevemente entre sus viajes.
La mujer virtuosa
En el poema sobre la mujer virtuosa de Proverbios 31, leemos que esta mujer cuida de los necesitados y ayuda a los pobres. Trabaja con valor y vigor para tener recursos y poder ayudar a los necesitados (Proverbios 31:17-20).
La mujer que lavo los pies de Cristo
Una vez Jesús estuvo en casa de Simón, un fariseo, que le invitó a cenar. Pero el anfitrión falló gravemente, al no rendir los honores dedicados a un invitado común, y mucho menos al invitado más honorable, el Salvador Jesucristo. A diferencia del líder religioso, la mujer reconoció su condición (arrepentida de sus pecados), lavó, besó y ungió con lágrimas los pies de Jesús (Lucas 7:44-50).
